sábado, 14 de julio de 2007

¿ Porqué me gusta escribir ?

Ok, Expreso estas líneas como respuesta a una pregunta curiosa de alguien que tuvo la generosidad de leer mis humildes ensayos. Escribo porque me gusta, porque me hace sentir libre, porque mantiene mi mente activa, porque me convierte en el dueño de mi propio mundo, porque fomenta mi creatividad.

Todos deberíamos escribir porque la escritura aporta claridad y pasión por la vida, porque es bueno para el alma, porque nos permite expresarnos libremente.

Escribo porque soy un fiel defensor de la libertad de expresión, escribo porque sé lo que se siente vivir en un país en donde no se respetan estas libertades.

Escribo porque cuando me invaden las ganas de hacerlo me puedo quedar largas horas incluso sin comer o sin dormir, pero eso no me importa porque en aquellos momentos me siento feliz y bien alimentado.

Escribo porque estoy de acuerdo con un personaje famoso y que desconozco su nombre pero dijo esto:

“sigamos haciendo esto que sabemos hacer y que no sirve para nada, pero es tan útil; que no se come, pero llena; que no esta hecho con ninguna tela, pero cómo abriga!”

Vivencias en el metro de Caracas

En la metrópoli de la democracia de la Arepa, realmente movilizarse dentro de la ciudad se ha convertido en un verdadero problema, a mi manera de ver, las únicas formas y casi obligadas de hacerlo son: te subes en el metro ó arriesgas tu vida viajando en una moto o te vas caminandadito como dicen algunos venezolanos, lógicamente cuando se trata de largas distancias el metro se convierte en la "mejor" opción, usar un taxi o cualquier otro medio de transporte público o privado no es posible debido al gran nivel de congestionamiento y no hay regulación "pico y placa" que le de solución.
Lamentablemente y debido a los horarios de trabajo casi siempre me toca tomar el metro en las horas pico, en la mañana aproximadamente entre las 7:00am y 8:00am y en la tarde a eso de entre las 6:00pm y 7:00pm, a mi salida en la mañana me dirijo a la estación del metro en Altamira, para trasladarme por este medio hasta la oficina ubicada a la altura de la estación de la Hoyada, mientras camino hacia la estación voy muy fresco, positivo e incluso me doy tiempo para saludar por medio de una oración a la Virgen de Coromoto en el parque Francia, siempre trato de subirme al primer tren que pasa, esto cuando es posible, ya dentro del tren comienza la incomodidad del viaje, primero a cuidar los bolsillos, incluso en cada estación por medio de los alto parlantes sugieren a los usuarios tener cuidado con sus pertenencias, algunos trenes vienen excesivamente llenos, algunos sin aire acondicionado y otros que solo llegan hasta la estación de Plaza Venezuela y ahí nos indican que tenemos que desalojar para luego tomar el siguiente tren que pase, cuando finalmente llegas al destino tu genio ya ha cambiado y hasta te bajas con ganas de golpear a alguien y por si no aprendiste en el viaje de ida, en el viaje de regreso te toca repetir la misma escena.

Bueno se acerca mi estación y comienza mi lucha por bajar, permisitico por favor que aquí me quedo….gracias, chévere, vale.

Filosofando – La neurona y la arepa

Ya tenía varios días que no había escrito, mi neurona de filosofando estaba de vacaciones, pero ya ha regresado y ha venido con mucho ímpetu de recorrer varios kilómetros en su bicicleta de tinta, ante tan positiva actitud, el día de ayer a la salida de la oficina decidí alimentarla con un típico alimento venezolano –una arepa-

Para cumplir tal propósito, al salir de la oficina, tomé el metro en la estación de la Hoyada con dirección Palo Verde y me baje en la estación de Altamira, para luego dirigirme al restaurante el Budare en La Castellana, solicite una Arepa con queso Amarillo para llevar, como podrán darse cuenta esta arepa ha tenido la suerte de ser privilegiada pues antes de ser devorada, tuvo que poner su mejor perfil para ser fotografiada, como resultado, la imagen muestra de que se trataba de una “arepa fotogénica” y muy agraciada pero eso no bastó para no ser masticada pero si tuvo la oportunidad de escribir y dejar su epitafio para la posteridad.

Bueno en honor a este exquisito alimento de la cocina venezolana, les voy a contar algo sobre este producto, la arepa esta hecha básicamente de harina de maíz, sal y agua, es de forma redonda, se cocinan en el budare y es para los venezolanos lo que la tortilla es para los mexicanos, es el alimento comodín, pues es consumido ya sea en el desayuno, almuerzo, cena y puede acompañarse o rellenarse con mantequilla, queso, carne, pollo, pernil, pescado, etc.

“Aquí yace la envoltura de lo que fue una arepa provocativa que fue consumida para que una neurona activa siga relatando su vida."

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